Una tormenta imprevista. Un refugio acogedor, donde entretener el pensamiento con nuevas ideas, que llegan como ráfagas de viento chispeante. Aquí el tiempo transcurre dulcemente, en un ambiente de espera suspendida, para disfrutar un momento sin prisas.
Esta es la temporada en la que nos preparamos para el cambio, para la reflexión regeneradora antes del inicio de un nuevo ciclo. Acompañando este aire de quietud, una colección que se mueve junto a nosotros, se adapta sin excesos ni limitaciones, explora los códigos atemporales de la elegancia equilibrada.
Pocas prendas, combinadas para celebrar la preciosidad de los materiales y los contrastes de texturas y colores. Combinaciones pensadas para satisfacer la necesidad de confort y espontaneidad, sensaciones que liberan la naturalidad de los gestos y de los pensamientos.